Chambi Sey: Preparándose para matar un tiburón con un pececillo, el caso dudoso de Trinidad y Tobago
Trinidad y Tobago llega a Ecuador finalmente logrando su primera victoria en 15 partidos, una semana antes del saque de salida en Portoviejo y catorce meses después de derrotar a los Emiratos Árabes Unidos por dos goles a cero, en un encuentro esencialmente jugado a puertas cerradas en España. El logro fue cumplido mediante la programación conveniente de Anguila, el equipo de más bajo ranking de todas las 209 asociaciones miembros de la FIFA. Aparte de países rivales de dentro la CONCACAF, durante el transcurso de la sequía de derrotas y empates, los oponentes no CONCACAF que Trinidad y Tobago han enfrentado son Tailandia, Irán, Gales, Japón y Venezuela. Ecuador será el cuarto oponente de fuera de CONCACAF que encara Trinidad y Tobago en 2019 y de manera optimista solo el segundo país en esta categoría que Trinidad y Tobago derrotaría durante el mandato de este cuerpo técnico y sus 28 partidos.
Anguila es una pequeña dependencia británica, delimitada por el Océano Atlántico Norte, enclavada en el Caribe al este de Puerto Rico. Su territorio es de 91 kilómetros cuadrados y la isla tiene una población de menos de 19,000 habitantes. En el rango de edad de 15 a 24 años, Anguila tiene una población masculina de 1500 personas. Esta estadística proporciona una indicación refinada de la poca base de jugadores disponibles a Anguilla y del absurdo de la propuesta inicial. A pesar de haber tenido ocasionalmente algunos elementos de las ligas inferiores ingleses, la selección anguilana no cuenta verdaderamente con jugadores que puedan ganarse la vida con el fútbol.
Antes del encuentro los Soca Warriors eran dueños de un récord, poco favorecedor, de una victoria, nueve derrotas y cuatro empates y la única noción de paridad y coincidencia futbolística entre los dos equipos eran que ambos no habían ganado un partido durante 2019. Anguila presentó un equipo muy inexperto cuya mejor actuación fue una derrota por tres a dos ante Puerto Rico, pero misteriosamente Trinidad y Tobago nombró un conjunto de titulares con experiencia internacional creíble, sin pensar ampliamente en la próxima generación de seleccionados nacionales. Quede claro que el cuerpo técnico se preocupó más por eliminar la mancha del registro estadístico poco halagador a toda costa y se comprometió lograr un ritmo de juego entre el núcleo de jugadores establecidos para poder ubicar algún vestigio de beneficio psicológico después de una mala racha, pero, de manera realista, el partido hubiera sido más adecuado como un partido de exhibición de pretemporada que para las condiciones a la víspera de un compromiso serio de hacer o morir.
Desde la última vez que las selecciones ecuatorianas y trinitenses se enfrentaron en julio de 2017, si bien el fútbol ecuatoriano a nivel de la selección nacional ha experimentado cambios fundamentales y la estructura de gestión y el modelo de negocio del fútbol profesional ecuatoriano ha transformado radicalmente, el panorama del fútbol élite en Trinidad y Tobago ha sido estático y paralizante y ha quedado frustrado sin cambio radical, por no haber logrado un consenso entre los principales interesados, para superar los impases polémicos o para implementar las recomendaciones de un grupo experto de la UEFA sobre cómo consolidar y mejorar las operaciones de fútbol en el país.
Por el contrario, mientras que Javier Tebas, el jefe de La Liga, entre otras personas, ha aplaudido la visionaria toma de decisiones y el liderazgo de la LigaPro y la federación ecuatoriana con presagios para futuros impactos positivos a los clubes y la selección nacional, la liga profesional de Trinidad y Tobago ha estado plagada de inercias y obstáculos financieros que han resultado en la interrupción operacional de partidos profesionales desde diciembre del año pasado. Aunque hasta cierto punto los desafíos del fútbol profesional trinitense han influido en la falta de coherencia de juego de la selección nacional, la mayoría de los jugadores relevantes están empleados fuera de Trinidad y Tobago. Así que, los resultados de rendimiento del equipo se explican mejor por las deficiencias tácticas en el enfoque de juego, las consecuencias psicológicas de ese enfoque estilístico y las brechas físicas, fisiológicas y técnicas a nivel individual y colectivo.
Si bien solo hay dos futbolistas de nacionalidad ecuatoriana en la USL, la segunda división de fútbol profesional en los Estados Unidos, hay diecisiete jugadores trinitarios que representaron clubes de la misma liga durante la presente campaña. Si bien es poco probable que incluso los fanáticos más ardientes del fútbol ecuatoriano conozcan los nombres de los jugadores ecuatorianos de la USL, los jugadores trinitenses no son productos desconocidos respecto a su importancia para llenar la lista de selección nacional de Trinidad y Tobago. Esta distorsión también resalta las distintas circunstancias de las dos selecciones nacionales y cómo se espera que los equipos se desempeñen en competencia entre ellos.
Antes de la victoria de Trinidad y Tobago frente a los Estados Unidos que negó el paso de los estadounidenses a la Copa Mundial de Rusia 2018, habían varios jugadores en la MLS. En 2017 hubo seis jugadores reconocidos de Trinidad y Tobago en la MLS, cinco de los cuales se presentaron regularmente para la selección trinitense durante aquel período. Desde entonces, tres de los seis jugadores han bajado a la división inferior y otro, Kenwyne Jones, un trasplante destacado de la liga Premier de Inglaterra, se ha retirado. En 2019 hay ocho jugadores afiliados a clubes de la MLS que son elegibles para vestirse la camiseta de Trinidad y Tobago, pero dos de esos jugadores están prestados a equipos de la segunda división estadounidense y cuatro de ellos aún no se han debutado a nivel de la selección nacional. En contraste, hay cinco ecuatorianos en las listas de equipos de la MLS y tres de ellos han sido seleccionados para los próximos amistosos contra Trinidad y Tobago y Colombia. A comparar, para razones que no son claras, no hay jugadores trinitenses de la MLS incluidos dentro el plantel de Trinidad y Tobago que enfrentará Ecuador.
El partido de esta noche es una reunión entre dos entrenadores, uno de los cuales realmente está al comienzo de un proceso experimental y de recambio con su selección nacional, y otro que, a pesar de estar al frente de la selección hace casi tres años, todavía se presenta como si estuviera encerrado en un proceso experimental, no obstante haber aprovechado una retórica de planificación a largo plazo. También es una pelea entre un entrenador que desea presentar a su afición una mejor actuación que la derrota por 6-1 ante Argentina y otro entrenador que fabricó una destrucción 15-0 del equipo de menor rango de la FIFA aparentemente para explorar patrones de juego y la ejecución fiel de sus instrucciones, a pesar de encarar el adversario más débil posible cuando realmente fue para sentar las bases de una nueva plataforma psicológica, esperando que permitiera a sus cargos visualizar y enmarcar goles frente a Ecuador y Honduras. Nosotros suponemos que si nada ha funcionado, use lo que pueda funcionar, incluso si es fantasía.